Una de las propuestas que ha aparecido sobre la mesa la pasada semana en el congreso internacional de entidades relacionadas con la Inspección Técnica de Vehículos (CITA), es que las estaciones de la ITV empiecen a controlar de forma progresiva, los sistemas electrónicos de los vehículos. Sobre todo aquellos que tienen una acción directa sobre la seguridad activa o pasiva de los vehículos.
En la actualidad, cuando acudimos a realizar la inspección periódica de nuestro vehículo, los técnicos se limitan a revisar los elementos mecánicos y físicos tales como ruedas, elementos de la suspensión, alumbrado, etc. Sin embargo, en un mundo en continuo avance tecnológico, confían simplemente de los testigos de mal funcionamiento instalados en el vehículo para saber el estado del airbag, ABS, control de tracción, estabilidad, etc.
Pero en un país de pícaros desde antes de la época del Lazarillo de Tormes, hecha la ley, hecha la trampa. Y no es raro ver coches que acuden a los talleres para que les desconecten la luz de mal funcionamiento del airbag, por ejemplo, y así poder pasar la ITV. Saldrían todos contentos sin darse cuenta que el que dejará la cara contra el volante no va a ser la del técnico que engañó sino la suya.
Para ello, las ITV contarán con dispositivos que puedan conectarse a las centralitas de los automóviles y de esta forma, leer el estado y correcto o no funcionamiento de los distintos elementos, que pasarán a formar parte de los requisitos necesarios para que el vehículo sea considerado apto y poder continuar circulando por la carretera.
Esperemos que esto lo veamos como una forma de mejorar las inspecciones y que no lo respondamos con la típica frase de: esto es para sacar dinero. Me imagino que el que la dice, no se ha parado a responderla. Si su vehículo no tiene electrónica no tiene porqué preocuparse. Y si la tiene y no funciona, es hora de que alguien se preocupe por él y le haga ver las cosas como son.